"Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios". // Juan 3:3
“Despiértate”, me dijo con cariño mi padre mientras luchaba contra el sueño. Eran las 4 de la madrugada y ya dentro de poquito nos pondríamos en camino para ir a Disney World con toda la familia.
Me levanté, apenas capaz de poner un pie delante del otro por el cansancio. Pero mi padre, viéndome, con mucho amor me tomó en brazos para llevarme al coche. Iba confiada, tranquila, abandonada en brazos de mi padre en toda mi pequeñez y debilidad, anticipando con ilusión todo lo bien que lo íbamos a pasar en familia.
Hoy Jesús nos extiende una invitación curiosa, una invitación que tal vez nos resulte extraña o que no entendamos bien al principio. Nos invita a nacer de lo alto. ¿Cómo puede ser esto? ¿Qué quiere decir Jesús? Si tu reacción es igualita a la mía, tranquila, querida hermana. Nicodemo —por sabio y fiel que era— también se turbó ante estas palabras de Jesús. Nos dice que es necesario que nazcamos de nuevo en el Espíritu, a volver a ser como niñas. Quiere hacer de nosotras una nueva creación hoy mismo, aquí y ahora, en esta Pascua. Quiere que nos abandonemos en su tierno regazo de Padre, confiadas en su voluntad y providencia perfectas. Podemos descansar en Él con la plena confianza que nos ama profundamente.
Con el paso de los años, creo que corremos el riesgo de que se nos endurezca el corazón, fácilmente nos vamos encerrando en nuestros propios esquemas de cómo deberían ser las cosas y en nuestros modos de pensar, y tendemos a ir acumulando cosas, tanto físicas como espirituales, que nos pesan en nuestro caminar en la fe y nos vuelven menos libres.
En cambio, pienso en mi confianza ciega e inocente de niña en mis padres, confiada de que querían lo mejor para mí. Sin duda no son perfectos ni mucho menos, pero sé que han hecho todo lo posible, como han podido y en toda su fragilidad y pecado, para amar y cuidar de mi y mi hermana. ¡Cuan más perfecto es nuestro Padre celestial! ¡Cuánto más podemos abandonarnos en Él!
Hermana, te invito a llevar a Jesús en la oración cómo Él te está llamando a volver a ser más pequeña, en sencillez, a nacer de lo alto esta Pascua. Reflexiona en las palabras del Beato Fray Maria Rafael Arnáiz, un monje joven trapense que entendía muy bien cómo vivir esta llamada de Jesús: “... el camino de la santidad cada vez lo veo más sencillo. Más bien me parece que consiste en ir quitando cosas, que en ponerlas. Más bien se va reduciendo la sencillez que complicando con cosas nuevas”.
Que Él nos lleve en sus brazos, confiadas como niñas pequeñas, al cielo.
// Ashleigh Ladner es hermana, amiga, madrina, tía, traductora y profesora, y sobre todo, hija amada de Dios. Originalmente de New Orleans, Louisiana, actualmente está viviendo en Madrid, España. Le encanta viajar y conocer lugares nuevos, leer, un buen expreso, y los girasoles. Sus modelos a seguir en la vida son santa María Magdalena, san Ignacio de Loyola, san Juan, y santa Teresa de Jesús.