LECTURAS DE HOY 

“…miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús”.  // Juan 20:14

El Evangelio de hoy es uno que me puede hacer reír y llorar todo al mismo tiempo. Reír, porque es difícil entender cómo podría estar María Magdalena frente a Jesús sin darse cuenta de con quién está hablando. Llorar, porque después pienso: “Ay, espera, pero esa mujer también soy yo”.

Pienso en cuántas veces he entrado en la iglesia—cuántas veces me he puesto ante Jesús sin darme cuenta de verdad con quien estoy—sin saber con cada fibra de mi ser que estoy en la presencia del Rey de Reyes, del Señor de Señores. 

Siempre me he identificado mucho con María Magdalena, pero en esta parte de su vida, siento que estoy ahí. Siento que lo he vivido, así como lo es en la Palabra de Dios. Cada domingo nos postramos ante Jesús—no ante pan y vino, pero ante Jesucristo en la carne, presencia real. Pero ¿Cuántas veces hago el movimiento sin darle el respeto y la alabanza que se merece? Actúo como si fuera un jardinero, sin saber que estoy mirando con mis propios ojos al Jesús que murió por mí en la cruz.

Quisiera que me mirara a los ojos y que me dijera: “¡Jackie!” así como le hizo a María, o que mejor me diera un golpe a la cara para llamarme la atención. Pero por ahora, me basta su presencia cada Misa. Me basta su presencia en el santísimo. Yo sé que con la oración…pasando más tiempo con Él, será cada vez más fácil reconocerlo cuando está frente a mí, sentirlo, y mirarlo como María y decirle: “¡Rabbuni!” como si fuera un viejo amigo.

Mi querido Jesús, dame la gracia de verte a Ti en todas las áreas de mi vida, desde en el pan de la Eucaristía hasta en la cara de los pobres. Confío que estás conmigo siempre. Creo, pero ayuda mi poca fe. Amén. 


// Jacqueline Sevier es de Tyrone, GA. Es esposa, madre, e hija amada de Dios. Aunque creció en escuelas católicas, no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Es cantante y canta en el coro de su parroquia, donde conoció a su esposo. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su esposo. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomándose un cafecito, cocinar con su esposo, comer tacos, y cantar.

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