LECTURAS DE HOY 

Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. // Lucas 9:29

Me imagino subiendo la montaña. Paso a paso ascendiendo con Jesús, Pedro, Santiago y Juan. Siento el calor del sol en mi piel y el piso rocoso bajo mis sandalias. Veo a Jesus cambiando enfrente de mis propios ojos y los profetas aparecen. Una voz llena mis oídos y después, como si nada, todo desaparece.

Algunas veces pienso que si hubiese estado presente en estos momentos mi fé sería drásticamente diferente. Pero el Espíritu Santo me recuerda que el corazón mío sería el mismo. Me pregunto: “¿Cuántas veces he visto la gloria de Dios en mi vida y después pienso que me imaginé todo? ¿Cuántas veces las cosas cotidianas se han alineado perfectamente y digo que todo fue coincidencia?”

Hermanas, mientras medito en esto, estoy convencida de que todas hemos tenido mini transfiguraciones en nuestras vidas. Hemos visto el poder y la gloria de Jesús de manera personal. Por lo tanto, hemos tenido que tomar la misma decisión que los discípulos. En la segunda lectura, Pedro lo modela. Él guarda y protege la gracia. En vez de tratar de racionalizar lo que pasó, acepta las experiencias de Dios. Con temor de Dios, él deja que su corazón se maraville por Jesús y se convenza de su gloria y bondad. 

Esto no lo hace por flojera o por miedo de tener una explicación. Esto lo hace con humildad y valor. Él acepta que un Dios infinitamente más grande lo ama y obra ante sus ojos aunque no tenga explicación. Pedro acepta que los milagros y la gloria de Dios están fuera de su control. Eso abre la puerta del cielo y deja que más frutos y milagros entren.

Jesús, abre los ojos de mi corazón para que pueda ver las transfiguraciones en mi vida. Dame el valor para aceptar Tus milagros que no puedo explicar y compartir esas experiencias de Tu amor. Amén. 

// Joanna Valencia nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. En el 2023 renunció a su trabajo para servir como misionera católica en la Isla de Santos y de los Sabios.

Back to blog