“Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, somos uno, a fin de que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor.” // Juan 17:21
Cuando estaba en la universidad, tuve lo que llamaría mi segunda conversión. La verdad es que, por la gracia de Dios, nunca he estado fuera de la iglesia; pero, antes de entrar en el grupo de estudios bíblicos de la universidad, no tenía una relación personal con Jesús. Sabía la mayoría de las historias en la biblia y sabía que Jesús vino a salvarme, pero no me afectaba el corazón necesariamente.
Un día en ese mismo estudio bíblico, una de las misioneras nos preguntó, “¿Saben que en la biblia hay una parte donde Jesús reza específicamente por ti?” Obviamente, la respuesta era un no. Hasta ese momento, creía en la bondad de Jesús, pero parte de mí también pensaba que, como habían pasado 2,000 y pico de años, su amor por mi era más algo de consecuencia y no intención. Ese día, ella nos leyó el Evangelio de hoy (Juan 17:20-26) y todo cambió.
La oración de Jesús en Juan 17 se conoce como la “Oración Sacerdotal” de Jesús. Antes de ir al huerto y empezar su pasión, Jesús rezó por nosotros. En el momento que humanamente debería tener la mente a mil, pensó en mí. Pensó en ti. Pidió para que estuviéramos juntos, para que contemplemos su gloria, para que “el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos'' (Juan 17:26).
Hermanas, hoy las invito a ir a un lugar íntimo con el Señor. Te invito a que leas este Evangelio una vez más y que escuches como le habla a Su iglesia pero también cómo se dirige a ti personalmente. Deja que su amor íntimo e intencional te convenza que eres digna, conocida y amada.
// Joanna Valencia nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. En el 2023 renunció a su trabajo para servir como misionera católica en la Isla de Santos y de los Sabios.