"Jesús tomó los panes, dio gracias, y los repartió entre los que estaban sentados, lo mismo hizo con los pescados, cuanto querían." // Juan 6:11
Hace unos días, estaba en plena maratón de exámenes, y ya no sabía si podía más. Tenía cosas que hacer, pero una amiga me escribió preguntando si podía ayudarle con algo. Yo sólo pensaba en lo mucho que tenía que estudiar, pero algo me dijo: “Hazlo, aunque no sea el mejor momento”. Así que me tomé unos minutos, la ayudé en lo que pude, y no me lo esperaba, pero lo que parecía ser algo pequeño para mí, terminó siendo algo importante para Él.
Ese día entendí algo que el Evangelio de hoy nos recuerda con fuerza: tú pones tus panes y tus peces, y Dios los multiplica. No se trata de tener mucho, sino de poner en juego lo que tengas. El niño que aparece en el pasaje de Juan no hizo nada extraordinario, sólo compartió lo que tenía. Y Jesús lo usó para saciar a una multitud.
A veces creemos que servir, ayudar o evangelizar exige algo enorme. Pero en realidad, empieza con lo cotidiano: una conversación, un rato de escucha, un mensaje que anima. Si lo entregas con fe y amor, Dios se encarga del resto. Él transforma lo simple en algo sagrado.
La gracia no exige perfección, sólo pide disponibilidad. Y cuando nos abrimos a dar, aunque creamos que es poco, Dios hace mucho más de lo que imaginamos. Aprender a vivir así cambia todo. Nos libera de la exigencia de la perfección y nos invita a la entrega confiada. A poner lo que tengamos: nuestra paciencia, nuestro tiempo, nuestras ganas, nuestro corazón, sabiendo que Él hará el resto.
Hoy, hermana, te invito a confiar con lo que tienes: Dios puede hacer milagros con eso. Él multiplica lo que le entregamos con fe y disposición. No subestimes el poder de lo pequeño cuando lo pones en Sus manos.
// Elisa Gómez es una joven mitad española y mitad portuguesa, que ha sido transformada por el amor. Es la mayor de 5 hermanos y está estudiando Derecho y Relaciones Internacionales. Tiene una gran pasión de ayudar a los demás y dedica gran parte de su tiempo al voluntariado. Le fascina la belleza cada atardecer y la música. Al igual que “el amor le explicó todo”, quiere llevar ese amor a todos los que la rodean.