“Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino”. // Juan 4:50
¿Cómo llega uno a tener una fe profunda en Dios? Una fe como la del funcionario en el Evangelio de hoy. Bueno, pues, la fe primeramente es un don de Dios. Hay personas que tienen una gran revelación y, de un día para otro, tienen fe. Hay personas que van tratando de profundizar su relación con Dios con oración y obediencia a Su voluntad, y a ellos, Dios va trabajando poco a poco en sus corazones y su fe sigue profundizando. También hay personas que pasan sus días esperando esa gran revelación — ese gran evento que les cambie la vida por completo, pero en realidad, no tienen fe.
Antes, cuando escuchaba la historia del Evangelio, pensé que el padre iba a Jesús con su oración y que regresó a un milagro que le dio fe en Jesús. Pero en realidad, iba en busca de ese milagro porque ya tenía fe en Jesús.
Yo creo que a veces la fe no se ve como pensamos que se debería ver. Hay mucho que me hace falta hacer para mejorar mi relación con Dios, pero lo que más me falta hacer es seguir orando y seguir en obediencia a Su voluntad, aunque sea a veces con poca fe. Y así abrirle la puerta a Dios para que me de ese don en abundancia.
Hace unos meses, llevé esto a la confesión. Sentí que mi fe no era como la de los demás. Que a veces no llego a Misa con ganas. A veces no llego a la iglesia sintiendo que estoy llegando a ver al Amor de mi vida. Pero sí sigo yendo porque hay algo en mí que me impulsa a ir — que me dice que es lo que quiero hacer. El padre me dijo algo así: “Si lo piensas bien, no habría fe si no hubiera también la duda. Tu sigues con fe, no lo sientes, pero tu fe sigue ahí. Aunque tengas dudas, tu fe te impulsa a seguir al Señor”.
Esa confesión me hizo ver que la fe de cada persona es diferente. Santa Teresa de Ávila y Santa Thérèse de Lisieux lucharon contra dudas. Santa Teresa de Calcuta no encontró consolación en la oración por 50 años. Y estos son solamente unos cuantos ejemplos de santas que lucharon por lo mismo.
Cómo quisiera tener la fe del padre funcionario del Evangelio de hoy, pero puede ser que no la sienta así hasta el día en que me muera. Y eso me basta a mí. Hermana, no te rindas en tu lucha por la fe, hermana. Cuando tengas dudas, dile al Señor: “Señor, yo creo, ayuda mi incredulidad”. (Marcos 9:24)
// Jacqueline Sevier es de Tyrone, GA. Está esperando, con mucha emoción, su boda en mayo.. Aunque creció en escuelas Católicas , no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Es cantante y canta en el coro de su parroquia, donde conoció a su futuro esposo. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su novio. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomándose un cafecito, cocinar con su novio, comer tacos, y cantar (siempre).