“Lo puso el Señor entre los jefes de su pueblo” // Salmo 112:8
Estuve en Roma el día que el papa Francisco padeció. Alistándome con mi hermana, nuestra amiga nos contó la noticia incrédulamente. No lo podíamos creer: lo habíamos visto menos de 24 horas antes, bendiciendo al público por última vez, el domingo de Pascua.
Pasamos nuestro último día en Roma, ese lunes, en el Vaticano, pasando por la Puerta Santa y rezando por el alma del papa Francisco. Visitamos la tumba de San Pedro, un recuerdo que Jesucristo no nos dejó solos, sino que nos dio su Santa Iglesia y un pastor humano para guiarnos a Él.
Hermanas, estamos viviendo en un momento histórico, entre pontificados, un tiempo de lamentación y oración por el alma del papa Francisco. Y ahora, de esperanza y alegría con el nuevo papa León XIV que el Espíritu Santo ha elegido. Como los apóstoles en la primera lectura rezaron por su nuevo apóstol, la Iglesia y los cardenales han estado rezando por nuestro nuevo pastor hasta la noticia gloriosa: Habemus Papam.
Hermanas, recemos hoy por nuestra Iglesia y por nuestro nuevo papa, que Dios siempre nos guíe a permanecer en Su amor. Recemos por el papa León XIV:
Padre Dios, protege a Tu pastor que siga siempre en los pasos de Tu Hijo, Jesucristo. Dale la fuerza y gracia necesaria para dar su vida por sus ovejas, que cumpla tu Palabra Santa que dice: “Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos” (Juan 15, 13). Toda gloria sea Tuya, Señor. Amén.
// Alexandra Geigel es una joven católica. Vive en el norte de Virginia y tiene padres de Guatemala y Puerto Rico. Estudió español en la universidad y ahora trabaja para una escuela secundaria católica. Le encanta leer la biblia, escribir historias y tocar su ukulele. Lo más importante para ella es su fe católica y quiere que todas las personas conozcan el Corazón de Jesús a través de una relación personal con Él y devoción a la Eucaristía.