Después de escuchar las palabras del ángel, las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría, corrieron a dar la noticia a los discípulos. Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le acercaron, le abrazaron los pies y lo adoraron. Entonces les dijo Jesús: "No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allá me verán". // Mateo 28: 8, 9,10
Después de decirle "si" al hombre que nos pedía adoptar a su hija, apenas podía contener las emociones de miedo y alegría. Por un lado, miedo, porque no estaba completamente segura de cómo reaccionaría mi esposo ante la noticia. Vivíamos en Guatemala y él estaba a diez horas de distancia y no teníamos manera de comunicarnos (¡esto era antes de los celulares!). Y por el otro lado, alegría, porque Dios había escuchado el clamor de nuestros corazones y nos había dado otro bebé para amar.
Esa misma noche, por culpa de las emociones encontradas, no pude dormir. Jesús me habló al corazón: «No tengas miedo».
Como seguidores de Cristo, cuando experimentamos el poder de Dios en nuestras vidas – cuando Él nos invita a participar de su amor en el mundo – podemos experimentar al mismo tiempo miedo y alegría. Podemos recordar, en momentos como estos, a las mujeres en el sepulcro y cómo Jesús se acercó a ellas, calmando sus miedos y ayudándolas a saber exactamente qué hacer.
No tenemos por qué tener miedo de nada. Jesús resucitado está con nosotras por el poder del Espíritu Santo y Él guiará nuestros pasos.
Hermana, ¿recuerdas algún momento de tu vida en el que hayas sentido a la vez una gran alegría y temor? ¿No estaba contigo nuestro Señor de una manera especial en ese momento?
Sean cuales sean tus circunstancias, en esta primera semana de Pascua, ¡alegrémonos de que Cristo haya resucitado! ¡En verdad, ha resucitado!
// Lani Bogart era una niña pequeña cuando empezó a amar a Jesús. Casada en 1976, fue recibida en plena comunión con la Iglesia católica con su familia el Domingo de Gaudete de 1996. Viven en Houston, Texas donde su familia le brinda una alegría inexpresable y continúa enseñándole la importancia de conocer y amar a Jesús. Lani se deleita con las flores, la música y las risas de familiares y amigos. Puedes leer más en Lanibogart.blog.