LECTURAS DE HOY 

Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo. // Lucas 10:20

Para Superman, es el kryptonite. Para mí, son los afectos. Tal vez te sientes identificada conmigo, hermana, cuando digo que mi talón de Achilles son los afectos. Muchas veces me encuentro mendigando ser vista, reconocida y querida por los demás. Esto afecta mis decisiones y cómo vivo en mi día a día…. ¿Si digo esto, qué van a pensar de mí? ¿Si hago esto, van a seguir incluyéndome en los planes? ¿Si profeso que soy cristiana con mis acciones o mis palabras… ¿Me van a rechazar? 

Si vivimos así, dejamos que nuestras vidas se condicionen por lo que piensan los demás, y acabamos perdidas, desorientadas y esclavizadas. Pero, hermana, Jesús nos conoce íntimamente y, por eso, hoy nos da una palabra de ánimo y esperanza. 

Jesús nos invita a la libertad interior… independientemente de las condiciones externas en nuestras vidas, hemos recibido una libertad que nadie ni ninguna situación nos puede quitar: la libertad de ser hijas redimidas y amadas de Dios. 

Y en esta identidad, hemos recibido una vocación preciosa de compartir el Evangelio con todos, comunicando el amor y paz de Dios, incluso curando a enfermos, ya sean físicamente o espiritualmente. Con libertad y alegría, y en comunión con la Iglesia. 

Libres, sin llevar nada que nos pese en el camino: posesiones, dinero, nuestros propios esquemas de cómo deben ser las cosas y, por tanto, abiertas y dóciles a los movimientos del Espíritu Santo. Y alegres, porque Jesús es el único que puede satisfacer la sed de amor y plenitud de nuestro corazón.

El camino no es fácil. Al final, Jesús nos dice que nos manda como corderos entre lobos. Damos por hecho que vamos a experimentar sufrimientos, rechazo y persecuciones. Pero ninguna persona, por mucho que nos quiera, o ninguna cosa del mundo, por buena que sea, nos puede llenar. La alegría no está ahí, hermanas.

Porque la alegría verdadera es esta: que nuestros nombres están escritos en el cielo. 

Así que hagamos el bien, y si nos reciben, bendito sea Dios. Está cerca el Reino de Dios.

Y si hacemos el bien y no nos reciben, bendito sea Dios. Sacudamos el polvo de los pies y seguimos. Está cerca el Reino de Dios.

Mi amado Jesús, dame la gracia de la libertad interior. Que siempre viva de cara a Ti, libre de las opiniones y persecuciones del mundo, el miedo al rechazo y de cualquier cosa que me pese en mi camino al cielo. ¿A dónde voy a ir? Sólo contigo encuentro la libertad y alegría plenas. Gracias por amarme tanto, Jesús. Amén. 

// Ashleigh Ladner es hermana, amiga, madrina, tía, traductora y profesora, y sobre todo, hija amada de Dios. Originalmente de New Orleans, Louisiana, actualmente está viviendo en Madrid, España. Le encanta viajar y conocer lugares nuevos, leer, un buen expreso, y los girasoles. Sus modelos a seguir en la vida son santa María Magdalena, san Ignacio de Loyola, san Juan, y santa Teresa de Jesús.

Back to blog