LECTURAS DE HOY 

“Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor.” // Mateo 25:21

No paro de preguntarle a Dios: “¿Qué es lo quieres de mí? ¿Qué quieres que haga? ¿Es más…¿qué es lo que me has dado que quieres que use para hacer tu voluntad?” De hecho, mi esposo y yo actualmente estamos luchando mucho con estas preguntas. Yo sé que Dios nos está llamando a algo más, pero no sé qué, y esa inseguridad me da miedo. 

En mayo tuve a mi segundo hijo. Es un año y tres días menor que el primero…fue muy inesperado, pero es muy amado. Luché mucho durante todo mi embarazo con cómo podía ser esto el plan de Dios. No me sentía preparada para tener otro hijo y no me sentía capaz de hacerlo. Todo cambió al tenerlo en mis brazos. Bueno, no como en las películas, pero sentí por lo menos que sí era lo que Dios quería y que yo estaba cumpliendo con su plan de mi vida – todo iba a estar bien.

Ha sido un caos, pero al mismo tiempo, he sentido más paz en mi corazón. Al tener a mi segundo hijo, Dios me reveló que mi esposo y yo sí estamos haciendo lo que Él quiere para nuestras vidas en cuestión de nuestra familia. Pero también ha hecho muy claro que quiere aún más para nosotros. Nos ha dado muchos dones, mucho talento, muchos recursos, pero en realidad no estamos usándolos de la mejor manera. Me ha mostrado Dios que ya es tiempo de hacer un gran cambio en nuestras vidas para usar los talentos que nos ha dado y aumentarlos. 

¿Cuáles son los talentos que Dios te ha dado, hermana? ¿Estás usándolos como quisiera Dios? ¿O estás guardándolos como el último siervo en el Evangelio de hoy? Dios nos da para que demos frutos y para que todo el mundo sienta su amor. Quiere que seamos felices. Eso pasa cuando usamos los dones que nos ha dado. ¡Por eso aviéntate, hermana! ¡Toma el riesgo, Dios te dará todo y más para atrás!

// Jacqueline Sevier vive cerca de Atlanta, Georgia con su esposo y sus dos hijos. Aunque creció en escuelas católicas, no fue hasta finales de su tiempo en universidad que tuvo una conversión de corazón, y empezó a redirigir su vida hacia Dios. Canta con su esposo en la iglesia para misas y retiros. Ha aprendido mucho de la comunidad hispana de su parroquia, que apenas empezó a conocer cuando conoció a su esposo. En su tiempo libre, le gusta sentarse en un café tomándose un cafecito y cocinar con su esposo.

 

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