“¡A Dios rogando y con el mazo dando!”
Esta es una expresión que se dice mucho en mi familia. Aunque la decimos fácilmente, vivirla es mucho más difícil. Las lecturas de hoy nos hablan de cómo nuestro Dios nos ayuda a lograr esa paz y libertad en nuestro corazón. Él nos asegura que en cada paso que damos, estará ahí, probando que el piso que una vez pensábamos que era frágil en verdad es firme porque Él lo sostiene.
Veo que las lecturas del libro de los Hechos de los Apóstoles hoy nos enseñan cómo debemos cooperar con la providencia de nuestro Padre. Felipe, primero empieza en oración. Sus acciones nacen de la relación y comunión que él tiene con la Santísima Trinidad (Hechos 8:26). Él escucha como el ángel del Señor lo llama al camino sur, un camino poco transitado y no muy seguro. Independientemente Felipe obedece.
El Espíritu después los guía a acercarse un poco más y después no dijo más nada… esa es la parte más interesante para mí. Felipe confió en su comunión con Dios entonces pudo actuar en confianza. Dios tomó el primer paso y lo guió y proveyó al Etiopeo, pero Felipe fue quien le preguntó si entendía las lecturas. Felipe, cuando le pregunto al hombre si lo podía bautizar, no dudo si eso era lo que Dios quería. Reconoció la invitación a tomar acción y lo hizo.
Esa es la firmeza y confianza a la cual Jesús nos llama, hermana. Muchas veces siento como me escondo tras una falsa santidad diciendo que tengo que “discernir los próximos pasos” o “pedirle a Dios más claridad” pero, si soy completamente honesta, no es eso. La verdad es que tengo miedo y quiero hacer todo perfecto. Pero nuestra fe es una relación, no un examen en el cual tenemos que responder todas las preguntas correctamente.
El Buen Pastor me sigue enseñando ese balance de confianza y gentiles. Eso es cooperar con gracia. Él no es un pastor que tiene a todas sus ovejas en correas cortas sino que deja que corran y que caminen en sus pastos verdes. Es el mismo Jesús que dio a sus apóstoles el poder del Espíritu Santo, cuya traducción en griego es dynamis; es decir, dinamita.
Ahora hermanas, las invito a reflexionar en dónde el Señor nos precede y cómo nos está llamando a responder en confianza en lo concreto de nuestras vidas. Papá Dios tiene una gran aventura para cada una de nosotras, una donde estamos llena de confianza en y por Él, y donde le traemos gloria.
Hermanas, “a Dios rogando y con el mazo dando!”
// Joanna Valencia nació en Venezuela y se crió en Miami donde aprendió a hablar “fluent Spanglish”. Conoció a sus dos mejores amigas, Santa Teresita de Jesús y Santa Faustina, durante una misión en Haití y desde ese entonces su vida cambió. En el 2023 renunció a su trabajo para servir como misionera católica en la Isla de Santos y de los Sabios.