LECTURAS DE HOY 

“Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey”.  / Mateo 16:28

“Ese Jesús no fue un buen hombre”, me dijo con certeza la mujer judía que me vendía el jugo cerca de casa. En ese momento me quedé un poco frustrada y a la vez muda. No sabía cómo responderle sabiendo que era judía, que son nuestros “hermanos” en la fe de Abraham, pero que a la vez están lejos de ver a Jesús como Mesías y Rey del mundo entero. ¿Cómo decirle la verdad que yo he conocido? 

Leyendo el Evangelio de hoy quizás nos preguntamos cómo podría ser verdad que algunos ahí presente “no morirán” sin ver primero a Jesús como rey coronado. Sería complicado creer esta palabra de Jesús si no supiéramos la realidad que Jesús sí fue coronado como Rey—en la cruz con corona de espinas. Ahí, en la paradoja de la madera de la cruz donde Cristo redimió al mundo a través de su muerte, nosotros vemos la venida del reino de los cielos. Donde se hizo definitivamente “en la tierra como en el cielo” (véase Mateo 6:10). Donde el Hijo del hombre fue puesto en el trono como rey—despojado de sus vestiduras pero revestido en la voluntad del Padre, coronado no tan sólo con espinas sino también con la gloria del amor duradero.

Hermanas, nosotras estamos invitadas a ser testigos de este Rey nuestro, de sus milagros, de que Él es el “Hijo del hombre” y a la vez el único Dios que ha creado el cielo y la tierra (Deuteronomio 4:39). Puedo ser testigo de este Rey nuestro por medio de mi día a día, cada acontecimiento, los intercambios en el trabajo, mis mensajes en las redes, lo que hago para divertirme, mis pensamientos y palabras sobre los demás… y la lista sigue. 

Hermana, ayúdame a rezar para que podamos ser hoy testigos de los prodigios del Señor, el Rey coronado con espinas en el madero de la cruz. Amén.

// Rocío Hermes es mamá y ama de casa. Ella nació en la República Dominicana y fue criada en los Estados Unidos. Le apasiona construir comunidad, preparar postres y escribir poesía. Tiene una maestría en Teología y ha vivido como misionera en Etiopía. Después de vivir más de tres años en Alemania, reside ahora en Israel con su esposo alemán y su hijo. Colabora como autora en Blessed Conversations: Dwell. Puedes leer sus reflexiones sobre la vida de fe en graceandmercyblog.com.

 

Back to blog