Hace poco tuve el gran regalo de hacer una mini peregrinación desde Madrid a Alba de Tormes, un pequeño pueblo de Salamanca donde Santa Teresa de Jesús fundó la orden de las carmelitas descalzas y donde últimamente murió. Celebramos una misa preciosa en la basílica, y después una muchedumbre de fieles pudimos venerar su cuerpo incorrupto antes de que fuera devuelto a su sepulcro por otros cien años. Fue un momento impactante e inolvidable.
Al día siguiente en el trabajo, mis compañeros me preguntaron qué tal el finde y qué había hecho. Tímidamente, con un poco de vergüenza, les conté que fui a visitar al cuerpo de Santa Teresa de Jesús y cómo fue algo muy bonito y especial para mí.
Me miraron con unas miradas horrorizadas, confundidos sobre por qué se me ocurriría hacer una cosa semejante, como si hubiese perdido la cabeza. Luego pensándolo, caí en cuenta de lo raro que tiene que ser esto para alguien no católico (¡e incluso para nosotros los católicos!) el hecho de hacer peregrinaciones para crecer en devoción al Señor mientras reflexionamos en la vida de un santo o una santa y veneramos sus reliquias.
Pero recordé las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy:
¨Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo¨ (Juan 17:14-16)
Y de ahí una verdad a veces difícil de aceptar: al seguir a Jesús y vivir nuestra fe con fidelidad, amor, devoción, y coraje, el mundo nunca nos va a aceptar. Muchas veces hacer la voluntad de Dios significa ir contracorriente. Pero ánimo, hermanas. Como dijo santa Teresita, quien quería mucho a santa Teresa de Jesús y siguió sus huellas, ¨El mundo es tu barco, no tu hogar¨.
Hermana, te invito hoy a no tener miedo de pronunciar el nombre de Jesús y hablar sobre Él y las maravillas que ha hecho en tu vida con tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo… todo el mundo. Es más, deja que tu propia vida hable de Él. ¡Seamos valientes y vivamos nuestra fe con valentía!
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta.
-Santa Teresa de Ávila
// Ashleigh Ladner es hermana, amiga, madrina, tía, traductora y profesora, y sobre todo, hija amada de Dios. Originalmente de New Orleans, Louisiana, actualmente está viviendo en Madrid, España. Le encanta viajar y conocer lugares nuevos, leer, un buen expreso, y los girasoles. Sus modelos a seguir en la vida son santa María Magdalena, san Ignacio de Loyola, san Juan, y santa Teresa de Jesús.