LECTURAS DE HOY

“El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo” // Mateo 13:44

Nunca se me ocurrió que mi historia de amor me llevaría tan lejos. Conocí a mi esposo, Cayetano, en la Universidad de Miami. Él es de España, yo de Ecuador. Desde el principio hubo algo que me atrajo profundamente: su honestidad, su forma de mirar la vida, su espiritualidad. Había encontrado algo valioso, algo que resonaba muy dentro de mí. Pero también estaba el vértigo, ese temor que te hace frenar, mirar dos veces, preguntarte si de verdad puedes dejarlo todo.

Mis planes eran otros: Estados Unidos o Ecuador. España nunca había sido parte del mapa. Pero poco a poco, ese tesoro que había encontrado en Cayetano se fue revelando mucho más grande de lo que yo misma podía imaginar. Era más que amor humano: era una invitación a confiar plenamente, a dar un salto sin red.

Hoy, al mirar atrás, veo cómo ese paso fue multiplicado por Dios, como en el Evangelio de hoy. Ese dejarlo todo no fue pérdida, sino ganancia. Así es también cuando encontramos su Reino. Cuando realmente descubrimos su amor, lo demás pasa a segundo plano. Él nos lo multiplica todo con creces.

El reino de los cielos no siempre llega con estruendo. A veces aparece en forma de persona, de decisión, de invitación inesperada. Lo importante es estar con el corazón abierto para reconocerlo cuando llegue.

Hermana, ¿qué estás llamada a dejar hoy para seguirlo con todo el corazón? Que no nos falte la valentía de venderlo todo por el verdadero Tesoro, Cristo.

// Arianna Santamaría es de Guayaquil, Ecuador, y vive en Madrid, España junto a su esposo. Aunque creció en una familia mariana y participó desde pequeña en misiones familiares, fue en la Universidad de Miami donde vivió un encuentro más profundo con Dios, gracias a una comunidad católica auténtica, al rosario y al ministerio de llevar la Eucaristía a personas mayores. Hoy, mientras se adapta a una nueva ciudad, a su trabajo en el sector tecnológico y a su vocación de esposa, busca maneras de compartir su fe también en el mundo digital. Le encanta caminar por el parque de El Retiro con su esposo, hacer pilates, viajar y disfrutar en familia. Sus modelos de santidad son los santos esposos José y María y Luis y Celia Martin.

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