“Estas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día'.” Levitico 23, 37
Hace unas semanas acepté un reto de 30 días en el que, por 20 minutos cada día, me siento en silencio con Dios. En esos momentos el objetivo consiste en no hacer nada más que entrar en el silencio e invitar a Dios. Cada vez que lo he hecho, le pido a Dios que traiga a mente su Palabra para conocer más su voluntad.
En las escrituras de hoy, Dios usa su palabra para pedir como Él desea que le alabemos y que le demos honor y gloria por las promesas que Él cumple y sus provisiones. En el antiguo testamento le habla a Moises y le da la prescripción de cómo el pueblo debe celebrar cada día de festividades. Pide las primicias de la cosecha y descanso en el séptimo día. Moises no duda y hace lo que Dios le dice. No es como los que escuchan a Jesús y dudan de Él porque lo conocen. Pero si lo pienso, yo he pasado mucho tiempo actuando más como los miembros de la tierra de Jesús; oyendo su Palabra pero dudando y no poniéndola en práctica.
De la misma manera que Dios invitó a su pueblo a dar de su primicia, Dios me invitó a que descansara en el silencio con Él y le diera mi primicia en modo de tiempo y confianza. Lo que voy entendiendo en estos 20 minutos de silencio es que cuando le doy a Dios mi tiempo, Él me da el tiempo necesario para el resto del día o para descansar más en la noche.
Durante este tiempo en silencio, he aprendido que tengo muchos pensamientos, distracciones, e inquietudes rodeandome cada dia. Pero todas se las puedo dar a Dios cada vez que me distraen y Él con felicidad las toma vez tras vez. A veces entramos en ellas y le pido por ellas. No son 20 minutos perfectos, pero estoy con Él y me siento mejor cada vez después de entrar en su presencia.
Mi reto ahora es siempre darle la primicia de mi tiempo en silencio a Él, quien expande el tiempo y que es la eternidad en el tiempo. Hermana, hoy te invito a que tomes tiempo para sentarte y estar con Dios en el silencio, sin distracciones y sin ninguna agenda. Y verás cómo bendice esta pequeña ofrenda con su gracia abundante.
// Claudia Rodriguez vive en Enid Oklahoma. Originalmente de California y Arizona le encanta tener conversaciones sobre la vida, su Fe, y todo tipo de ideas. Es maestra de primaria y secundaria y está estudiando para poder ser administradora de escuelas Católicas. Sus carismas incluyen catequesis , evangelización, y enseñar. Puedes conocer más de Claudia en Instagram @forgodsgrace o @wordsbrewhope.