LECTURAS DE HOY 

“Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra.” // Lucas 4:24

Al leer la lectura de hoy me siento impactada por la verdad de lo que Jesús nos dice. Pero tal vez de una pequeña manera nosotras también hemos vivido en carne propia esta verdad. 

Cuando mi hijo mayor se preparó para recibir el sacramento de la confirmación, yo muy emocionada me formé como catequista para poder servir a los jóvenes que se preparaban para el mismo sacramento. Lo primero que me dijo el director de formación religiosa fue que no iba a tener a mi hijo como alumno en mi clase. Me pusieron en una clase con jóvenes desconocidos.

A través de los dos años que estuve de catequista de confirmación, logré acercarme a los jóvenes en mi clase. Los que llegaron a un principio obligados por sus padres se fueron entregando más a su proceso de preparación hasta poco a poco llegar a desear recibir el sacramento por ellos mismos.

Los jóvenes en mi clase crecieron espiritualmente y confiaron en mí como guía durante su preparación. Podía tener conversaciones profundas de la vida espiritual y de sus propias experiencias, me hacían preguntas y algunos buscaban mi consejo. Mientras mi hijo no respondía a mis intentos de hablar sobre la espiritualidad y su proceso en la clase de confirmación. No entendía cómo podía ser tan efectiva con los jóvenes en mi clase y, al mismo tiempo, fallar con mi propio hijo. 

A veces así pasa, que no podemos llegar a las personas mas cercanas a nosotras y, sin embargo, Dios nos da la gracia de tocarle el corazón a un desconocido, a un vecino, al amigo de nuestro hijo, y a quien nos arriesgamos a dar un poco de nosotras. 

Se puede sentir como una injusticia, pero en mi vida ha habido muchas personas fuera de mi familia que también me han tocado el corazón y han cambiado mi vida con su presencia y palabras. A veces necesitamos a alguien lejano de nosotras para instruirnos y recordarnos de quienes somos. A veces no podemos escuchar o recibir lo mismo de quien está más cerca de nosotras. 

Gracias, Jesús, por permitir que recibamos la sanación o esperanza a través de personas que Tú haces llegar a nuestras vidas. Amén.

// Brenda Pineda reside en el sur de California con sus 3 hijos y su esposo. Es una Health y Life coach certificada. Actualmente por obra del Espíritu Santo trabaja para su Iglesia Parroquial. Sus pasiones incluyen el desarrollo personal y espiritual, la salud holística, y ayudar a los demás a encontrarse con ellos mismos y con Dios. Aparte de pasar tiempo de calidad con su familia (su lenguaje de amor), su pasatiempo favorito es compartir lo que Dios está obrando en la vida con una buena amiga mientras disfrutan una tazita de té. 

 

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